Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

lunes, 18 de enero de 2010

Michaux, "Mi vida"

Te vas sin mi, vida mía.
Ruedas,
y yo todavía espero dar un paso.
Llevas la batalla hacia otra parte.
Me abandonas así.
Nunca te he seguido.

No veo claramente tus ofertas.
lo poco que quiero, nunca lo traes.
A causa de esa falta, anhelo tanto.
Tantas cosas, casi el infinito...
A causa de ese poco que falta, que nunca traes.

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