Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

sábado, 25 de febrero de 2012

Campanadas

estoy cerca de una iglesia
y es sábado a la siesta
dos factores que reunen
la escucha clara y las campanadas.

se qe no redoblan por vos, poeta
que tantas veces desmayaste
su moral y sus miserias
¡ojalá que no, que nunca
redoblen por vos
las campanas de ninguna iglesia!
el ruido
contiene a los vivos
deplorable homenaje sería
ésa comodidad del metal
de enaltecer la rodilla quieta
que no la sangre fluida
picante y perturbadora, molesta

tantas cornadas de vida ha habido
por estos días
la guacha tuya
los asesinatos de once
la intención del cianuro diseminado en el agua

"si va a morir gente
elijamos quienes"
.

pero la tristeza
nunca es demócrata.

lunes, 6 de febrero de 2012

El perro de Joaquín

En esta dulce mañanita veraniega Joaquin Gianuzzi me deslumbra como otro sol; me acompaña aquí, atrás del vidrio de la ventana. Mi música funcional es el zumbido de los autos pasando por la calle. Rosa limpia. Más temprano yo hice lo propio en el patio; entonces, ahora puedo dedicarme ¡que placer! a la lectura. O al menos intento esa cotidianeidad de estas mañanas junto a un mate.
Cinco versos después un perro destroza con sus aullidos el goce de la poesia; una línea más alcanza para que el chirrido me remuelque a golpes de patadas en los oidos hacia la prosa. ¿Por qué llora, mi vida? ¿lo atropellaron? ¿su dueño lo dejó atado a algun arbol de los que sombrean la vereda para entrar al negocio contigüo y extraña al amo, cosa que sucede con cierta habitualidad? Levanto la mirada del texto y sin moverme, atravieso la ventana. El animal esta en la acera de enfrente y no parece lastimado. ¡Estoy leyendo y quiero seguir haciendolo! 
Tres versos mas. No me sale desarsirme del quejido. Desde acá, sentada, un auto estacionado impide ver la totalidad del cuadro canino. He de moverme, pararme para mirar desde otro ángulo: el perro tiene mezcla de fox-terrier y varios yuyos de ciudad, chicón de tamaño pero grande de edad; no tiene ni collar ni correa. ¿por que no se va? Gianuzzi, abierto, espera. Vuelvo al poema, busco la conclusion, el verso último. Cuando la desesperacion del aullido me hace bordear el conocido terreno de la angustia abandono a la poesia, a Joaquin, a la búqueda del fin y camino hacia la calle. Busco hacer. 
El animal gime, mira la copa del arbol. ¿un gato? Dos pasos fuera, la vereda muestra toda la escena. El casi terrier cojea de la pata izquierda por eso aúlla. Refunfuño "y esta ciudad insensible y la puta que los parió , yo incluida y..." los autos detienen el cruce un par de segundos. Cuando el viejito nota que estoy por cruzar la calle, calla y enseguida, empieza a caminar ¿huye?. Cojea. Pobrecito, patita derecha rota... pero ¿antes no era la izqierda? ¡¿son las dos?! No: el animalito de dios apoya firme y dulcemente la pata izqierda en la tierra para alejarse silencioso, rengueando con la derecha, hacia algun destino perruno. Lo dejo:"Vaaaaaaaya nomássss"
Vuelta a la casa, comento mi sorpresa ¡Hasta los perros son tramposos!-dice Rosa. Escribo. La búsqueda del verso último continúa esperando. 

sábado, 4 de febrero de 2012

Satisfaccion Garantizada · · · La blusa linda

Satisfaccion Garantizada

El cuerpo de la hermana ha sido embellecido ¡por el mismo precio! en mayor medida que su cuerpo. La vecina se compró - a costo módico- un táper que es mil veces mejor "que este plástico" que acaba de comprar. El trapo que ella consigue es una porquería comparado con el magnífico vestido de su amiga. Tasa, adquiere, consume: nada alcanza nunca,
todo siempre falta.
No permita que la engañen, habría que advertirle: jamás podrá comprar satisfacción en el mercado aunque el slogan jure que si no, le devuelven el dinero.



La Blusa linda

Ella ha dicho: No sé para qué compro estas blusitas lindas si nunca hago nada. Preguntada, contesta: nunca salgo, no hago nada. En el pueblo, una tarde de compras califica como salida pero ella viste una remera muy usada, un jogging y zapatillas. Cuando recuerdo en voz alta sus palabras acerca de la ropa nueva refunfuña y se pone una blusa linda.
Pero luego en el paseo de compras descubre que la blusa linda, de amplio escote, no sirve para esconder dinero. Y entonces, chilla: ¿Ves? Por la blusa linda que me hiciste poner... ¡Ahora no puedo!

viernes, 3 de febrero de 2012

Mudanza

Subimos alegremente las escaleras del departamento a estrenar. En la cocina comedor un gasista tropieza con los cables del electricista, quien  reclama ¡tené cuidado, che!. El ceramista coloca los mosaicos en el entrepiso, cediendole la pared de la escalerita al pintor para que le de otro color al asunto. Habían prometido llave el sábado, hoy es lunes y aquí están.
Sabemos como es el dueño ¡o vamos tomando las habitaciones a medida que las van terminando o no entramos mas! explica ella en la conversación que tenemos cuando llegamos a la primera habitación "tomada"; mientras, le sonríe a su chico, quien ni lerdo ni perezoso le devuelve la sonrisa y de yapa, le chanta un beso. ¡Hermosos cómplices en la invasión contra las demoras de los dueños para hacer realidad los anhelos! Luego, la chica va a la cocina a preparar un mate.
Charlamos con él, a quien conozco de siempre y no veo desde hace rato: Estamos contentos, sonríe, también. Dice: Vos sabés, lo raro que es despues de vivir tanto tiempo yo sólo. Y mira la cama nueva, de dos plazas, donde hace un tiempo decidió asentarse.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Reconcidencias

La anciana mantiene apagadas
las luces de su casa; el joven
prende lámparas de 200 watts
y un fanal. Ambos niegan
lo que señalan sus ojos. Ella,
hasta que la tripa con un rugido
le señala lo negado;
pero ¿y él?
¿hasta cuándo?

INTUICIÓN FELINA

Detrás de la puerta de entrada
a esta hora de la mañana
en que todavía los autos no pasan,
cantan los pájaros al nuevo día
y todo lo deseado es posible

¿por qué, entonces, por qué
qué sabe, ése gato, por qué
maúlla un gato
con desesperación?