Todavía
sigo mirando el suelo
atrás mío
buscando la huella
que me guíe.
Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede
domingo, 20 de marzo de 2016
jueves, 17 de marzo de 2016
Peldaños hendiduras
Miro el mundo desde abajo
me conformo con encontrar
las pequeñas hendiduras
esos peldaños
que el amor ofrece
para salir de nuevo
a soportar el sol de este mundo
lanceado por el horror
embellecido por la gracia.
Mi espalda cicatrizará
cuando me acostumbre a la luz
balbuceante de la deriva
el camino trae la mano del grito
sobreviviré
otra vez
más.
martes, 15 de marzo de 2016
El látigo de la caída.
Lo mas difícil de las caídas
no es aprender a acomodar el alma
para amortiguar los golpes
lo mas difícil
es no golpearse la etérea materia
con el látigo de 7 colas y mil palabras
por haber tropezado
o haber tropezado ¡una vez mas!
(la frase depende
de que voz castrante
hable con vos en el cerebro)
no es aprender a acomodar el alma
para amortiguar los golpes
lo mas difícil
es no golpearse la etérea materia
con el látigo de 7 colas y mil palabras
por haber tropezado
o haber tropezado ¡una vez mas!
(la frase depende
de que voz castrante
hable con vos en el cerebro)
reconocerme errante
absolutamente imperfecta
y no morir, un poquito
de miedo, todos los días
de tanto desamor,
propio.
absolutamente imperfecta
y no morir, un poquito
de miedo, todos los días
de tanto desamor,
propio.
lunes, 14 de marzo de 2016
Lo que dice el informe policial.
Que tenías dos hijas
me entero
por que dice el informe
que el padre las mató
después de matarte a vos.
Supe de tu trabajo docente, colega
por que tu ex pareja
te asesinó en el jardín.
Cientos de miles de caras:
vi sus sonrisas, chicas
en las fotos que sus hermanas
- familia o no - portan
exigiendo justicia.
Así no quiero saber de ustedes
ojalá jamás nos conozcamos
no queremos tener que recordar
¡nos queremos vivas!
me entero
por que dice el informe
que el padre las mató
después de matarte a vos.
Supe de tu trabajo docente, colega
por que tu ex pareja
te asesinó en el jardín.
Cientos de miles de caras:
vi sus sonrisas, chicas
en las fotos que sus hermanas
- familia o no - portan
exigiendo justicia.
Así no quiero saber de ustedes
ojalá jamás nos conozcamos
no queremos tener que recordar
¡nos queremos vivas!
sábado, 12 de marzo de 2016
Los perros incendian
Mis perros me encienden
los aullidos no despiertan las luces
sus dientes apenas rozan realidades
pero ¡cómo hieden en mí
la que viaja en el asiento individual!
(Lo recuerdo. Al verme llegar, los mozos
sacan de la mesa el cubierto restante)
Munida de esta bolsa, vacía ya de monedas
para ofrendar en los ojos de tantas partidas
miro la pared como si fuera mi estómago.
Es que desconozco como se estruja la esponja
que incuba el miedo en el pecho
y chorrea un amor de quebrarme las piernas
un amor inútil para espantar a la araña
que envenena con su vida inocente
al solar de las mañanas.
Ay, mis perros etéreos
lejanos pero tan presentes
que lloran de noche
que mascan esponjas
los perros que muerden su cola
los perros nadieformes
los perros del pecho que anhelan
la vitalidad de otra manada.
viernes, 11 de marzo de 2016
Mutilarse para sobrevivir.
Yo no lo quise así.
Hablo de la savia, roja
digo el tronco de los nervios
las flores venenosas en la piel.
Soñé con negarlo
anular su sombra. Ahora lo sé:
el árbol del abuso
siempre será parte de mí.
Aprendí que puedo hendir
las ramas en donde crece la certeza
de lo dañino del deseo ajeno,
desflorar el sentimiento
de culpa por padecer deseo,
impedir que brote
la convicción de merecer castigo.
Intento arrancar el fruto
que me niega la confianza.
Esa violencia ajena encarnada
en mi cuerpo estalla
en cualquier estación.
Aunque me limite, la poda
es un vital dispositivo feroz.
Hablo de la savia, roja
digo el tronco de los nervios
las flores venenosas en la piel.
Soñé con negarlo
anular su sombra. Ahora lo sé:
el árbol del abuso
siempre será parte de mí.
Aprendí que puedo hendir
las ramas en donde crece la certeza
de lo dañino del deseo ajeno,
desflorar el sentimiento
de culpa por padecer deseo,
impedir que brote
la convicción de merecer castigo.
Intento arrancar el fruto
que me niega la confianza.
Esa violencia ajena encarnada
en mi cuerpo estalla
en cualquier estación.
Aunque me limite, la poda
es un vital dispositivo feroz.
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