Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

Repasar el trazo.

"...planear el libro, armarlo. Sólo para comprobar que se integrará con fragmentos, que la totalidad, asimismo, constituirá un fragmento. Y que imaginamos haber construido la puerta o la ventana de una casa, y al abrirlas chocamos con que nada hay de lo que suponíamos, a veces ni siquiera la menor huella de casa...

1) Prepararse para que, en un momento dado, nuestras razones más nobles sean desenmascaradas, vistas a la luz de su revés, compuesto de cobardía, oportunismo encubierto, simulación.
2) Atreverse a admitir que en el seno del yo se mueve la urgencia de ser exactamente reflejado por el otro.
3) Si traicionamos, aprovechar la traición para conocer, por fin, los lazos que nos unían con el traicionado.


Alberto Girri                                             

No hay comentarios:

Publicar un comentario