Las manos
afanadas en
la preparación de la comida
herraban la carne
con un código.
Mientras
el cuchillo rebanaba
cebollas
el “shis, tac”
contra la tabla decía, implacable:
errar no es
humano.
Al rallar
la zanahoria,
el rítmico jadeo del movimiento reiterado
imponía,
implacable,
la moral cotidiana del trabajo.
Cuando
los tomates recibían
en su carne la presión,
implacable,
de un tenedor,
era aplastado el placer
de morder
la roja pulpa.
La Implacable
comida cotidiana
alimentó el cuerpo
con rencor y miedo.
Aunque descifren
el ritmo de la cocina,
algunas almas
no creerán
que haya sido
motivado
por la intención
protectora
del afecto.
Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede
sábado, 30 de junio de 2012
martes, 26 de junio de 2012
Abrazo al vacio
¿A que viniste hoy?
¿a que viniste
de nuevo?
¿a vigilar si me toco
con mi mano derecha,
si corro hacia la vida
con mi pie izquierdo?
No me ofrezcas
la esmeralda metafísica
¿a que correr hacia el cansancio?
Deja ya
el ojo quieto sobre la rama torcida
deja
que tape la desesperada hoja
la gota aquella
que al borde del abismo
se siente hielo
acongojado
por un pasado
inestable.
El amor,
dijo padre,
es cosa de mujeres:
cuando lo necesite
¿quien sostendrá mi rostro?
Aségurame
padre
que aunque no haya cortado el pan
con el grosor que me ordenaste,
madre,
para el mejor desempeño
de la rodaja
no me dejarás caer
en el manantial de cardenales
y me reconocerás
ceniza de tu ceniza
coágulo de tu coágulo
escombro de tu escombro
no me haras llorar mas
padre
no me ordenarás mas
madre
no me derroten
a mi,
a la efímera presencia
debil
contra vuestros rostros perennes.
no demuelan mi memoria
no me nieguen la ausencia
no me alejen del antifaz de superheroe
no me excluyan de las causas nobles
todas nosotras
merecemos
el abrazo
aunque seamos
espalda vaciada
y silencios plenos
de antinomias.
¿a que viniste
de nuevo?
¿a vigilar si me toco
con mi mano derecha,
si corro hacia la vida
con mi pie izquierdo?
No me ofrezcas
la esmeralda metafísica
¿a que correr hacia el cansancio?
Deja ya
el ojo quieto sobre la rama torcida
deja
que tape la desesperada hoja
la gota aquella
que al borde del abismo
se siente hielo
acongojado
por un pasado
inestable.
El amor,
dijo padre,
es cosa de mujeres:
cuando lo necesite
¿quien sostendrá mi rostro?
Aségurame
padre
que aunque no haya cortado el pan
con el grosor que me ordenaste,
madre,
para el mejor desempeño
de la rodaja
no me dejarás caer
en el manantial de cardenales
y me reconocerás
ceniza de tu ceniza
coágulo de tu coágulo
escombro de tu escombro
no me haras llorar mas
padre
no me ordenarás mas
madre
no me derroten
a mi,
a la efímera presencia
debil
contra vuestros rostros perennes.
no demuelan mi memoria
no me nieguen la ausencia
no me alejen del antifaz de superheroe
no me excluyan de las causas nobles
todas nosotras
merecemos
el abrazo
aunque seamos
espalda vaciada
y silencios plenos
de antinomias.
domingo, 24 de junio de 2012
Giros rituales del hijo.
El niñito camina
por el enorme parque de su casa
y descubre
atado por la mirada de sus padres
un recodo
del camino;
sale, púber que corre
con los cordones desatados,
disparado
hacia la próxima esquina.
Ya adolescente, pantalón
ancho, deja suelta
la remera bajo el viento
controlado por dos
hileras de álamos
vigilantes,
el Nombre del Padre.
Sobre esa misma baldosa
de planeta que antes
hubo sido su universo entero
gira, por el cuarto recodo
y camina por la senda nubil
roza, el niño de voz grave
y barba grande
limita, choca
explota contra la alambrada
la del Álamo perenne
dueño de ésa mirada
estridente
como jilgueros
desafinados.
La tierra prosigue sus giros
rituales
convoca allá, a la izquierda
cenicero
a la derecha, mate y pava
péndulo
de la sala a la cocina
cigarrillo de madrugada
quieto
acá la yerba
El niñito continúa
caminando por el jardín
de su casa
simbólica
atado
a la mirada atenta
de sus padres.
por el enorme parque de su casa
y descubre
atado por la mirada de sus padres
un recodo
del camino;
sale, púber que corre
con los cordones desatados,
disparado
hacia la próxima esquina.
Ya adolescente, pantalón
ancho, deja suelta
la remera bajo el viento
controlado por dos
hileras de álamos
vigilantes,
el Nombre del Padre.
Sobre esa misma baldosa
de planeta que antes
hubo sido su universo entero
gira, por el cuarto recodo
y camina por la senda nubil
roza, el niño de voz grave
y barba grande
limita, choca
explota contra la alambrada
la del Álamo perenne
dueño de ésa mirada
estridente
como jilgueros
desafinados.
La tierra prosigue sus giros
rituales
convoca allá, a la izquierda
cenicero
a la derecha, mate y pava
péndulo
de la sala a la cocina
cigarrillo de madrugada
quieto
acá la yerba
El niñito continúa
caminando por el jardín
de su casa
simbólica
atado
a la mirada atenta
de sus padres.
sábado, 16 de junio de 2012
Padre
De la luz boreal nace la caricia de tu mano
su calor me acompaña hasta el crepúsculo
en el cansancio de la noche recuerdo tu mirada
no pienso en palabras
son varios silencios superpuestos
como un palimpsesto acorazado,
y entrañable.
su calor me acompaña hasta el crepúsculo
en el cansancio de la noche recuerdo tu mirada
no pienso en palabras
son varios silencios superpuestos
como un palimpsesto acorazado,
y entrañable.
Las zapatillas portan documentos
2)
Sus nuevos pechos frescos
descubrieron otro pecho,
y en él
una cruz roja palpitante,
de hospital izquierdo
contra el rigor mortis
de las cicatrices.
Sobre la avenida
de unas piernas
avizoró
el más allá:
caminos rojos y comidas
compartidas. Los posterga,
trota hacia la frente,
pasa
cloaca casa, recodo, patio
sucio - oxígeno poco;
ella ha avanzado
frente a un hombro de bomberos
donde habían sido cantados
abismos oceánicos y
apagados
los fuegos del silencio
de la boca
con la sirena encendida;
alcanza ahora
la oquedad en el misterio de la nuca
nace un zigzag entre el abismo,
tomará
la tercera vuelta de la oreja,
y será embelesada
por los espejos de la mente.
3)
La caminante de pechos frescos
reconoce los reflejos:
es luna
estanque
estentóreo.
Menos papeles y mas vida
los documentos del amor
en carne propia
identifican
falibles voces humanas
y niegan pasaporte
a todo traje
de víctima.
La que tiró
el zapato de cristal
y con su corona de princesa
pagó sus zapatillas
desayuna un amanecer
entero
con café con leche.
lunes, 11 de junio de 2012
El orden del amor
el orden establecido indica:
alfa, beta, gama.
¿Qué hace
padre/madre
si hijo,hija
nace
molibdeno
azul verdeagua
o mandarina?
¿Cómo ama padre gama
al molibdeno
que por mas que quiera
desesperadamente
y lo intente
durante toda la vida
jamás será
ni siquiera
omega?
alfa, beta, gama.
¿Qué hace
padre/madre
si hijo,hija
nace
molibdeno
azul verdeagua
o mandarina?
¿Cómo ama padre gama
al molibdeno
que por mas que quiera
desesperadamente
y lo intente
durante toda la vida
jamás será
ni siquiera
omega?
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