Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

sábado, 27 de marzo de 2010

S/T

El chirrido parte del estómago propio
filoso como la carta de un amante resentido.

Los dientes del león
en la pradera gris han ensamblado
como en el taller del Tito
todo el renault 12 de mi padre
a punto de irse de viaje. 

El Rey melenudo de la selva maquínica
descubre el mismo recodo
en cualquier estructura
que reciba su mirada:
ya sea cine, olvido o academia
el coronado mecanismo llora en el estómago
filoso como la carta de un amante resentido
que ése cuerpo jamás fué ni será
el target de ningún marketing.

lunes, 15 de marzo de 2010

Palabra Acción

Existir en lo que calla
caminar junto a las palabras deportadas.
Reconocer un cuerpo:
mirar directo
lo que no será dicho
lo que no será hecho.

Metales

acero
vencedor del tiempo
platino
titanio el cuerpo
uranio

pero
¿vulcano?
¿qué?
¿fragua?
¿y el fuego?

jueves, 11 de marzo de 2010

“...así es como termina el mundo
no con un estallido sino con un sollozo”


 T.S. Eliot.

Miradas

Ilumina el barro y su costilla
canción oscura: un relámpago.
luego el rayo sonreía seco
plagado de sangres cuando mordía.
 
No llovían, brotaban de los médanos
violetas círculos insaciables rojos
en busca de la curva perfecta
de la perfecta curva de lo imposible.

Entonces no importaba casi nada
- poco de verdad importa nunca -
adelante del sueño caminaba el ocaso
perpetuo e infinito como arena.

lunes, 8 de marzo de 2010

Tablado

Sobre el escenario
el lucero de 1000 watts
enfoca sus tobillos.

Los guerreros del vacío
galopan hasta los últimos resquicios
hasta chapotear desbocados en el lodo.
Los pies relinchan
como los ojos de una madre
cuando esperan
en un tarde enrojecida a su hija blanca.
El suave colchón de basura
mojará entera a la marioneta

el mismo barro otro hasta los bordes.

Pero pretende que desanda
ahora hacia adelante
el camino enredado entre sus piernas.
Y aunque no se ven los hilos
no salta del tablado.

Kung-fú sobre el nevado.

Había tejido un compacto sobretodo
con melodías, letras y cavernas.
Embarrado hasta el fondo,
sin llenar ni con lodo sus ausencias,
el nevado hundía kilómetros sus raíces
en lo más oscuro del asfalto suburbano.
En la puerta de la reventa de usados,
brillaba la pintura
pero adentro apenas funcionaba todo.
Y hubiera podido dirigirse
hacia la estación de su servicio interno,
rectificar motor,
chequear la presión de las cubiertas
sacarse las arañas entretejidas con los ejes.
Pero tampoco reconoce guiños
o alertas metereológicos
y aunque ruede, miente el esperma,
no destejerá las artes orientales
el sobretodo que lo cubre lo encadena
lo hace uno con la estela de la luna,
tirita su tierra en las cavernas,
afuera no existe lo que pueda consolarlo.