Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

viernes, 17 de agosto de 2012

La muerte está abierta


 (texto basado en improvisaciones 
con la actriz Analia Requena)
Dedos sucias cerraron la puerta
nos dejaron adentro
no tenemos manos en nuestra herida.

Divagamos entre las tiernas sepulturas
hasta que apoyamos la espalda.
Las flores podridas inundan las paredes
Un jarrón iluminó con su hedor
las camas destendidas.
Debajo de las sábanas 
tierra llena de semen viejo yace
nos alimentamos con la ausencia
buscamos la sangre que el gusano
convierte en hilo hacia la luna.

¿Dormiste una siesta en la cama destendida?
No hay canción de cuna en los cementerios 
Pero parimos.
Sin rostro aprendimos a nombrar
y despertamos con manos.

2 comentarios:

  1. ¡¡querida laura!! bueno saberla por acá!! mejor saber qe le gusta lo qe escribo!
    la ceci tramontina o.

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