Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

miércoles, 8 de mayo de 2013

Aguijón de miel.


"...hay que sacarse el sombrero, señor, cuando pasa un obrero..."



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La nostalgia retumba
en el kultrun de mi útero

Recuerdo
la convicción del río que
con su latido
socava la indiferencia de la piedra.
Extraño la potencia del torrente
del viento directo y como el sol
clarificador

Mi pueblo
enferma
en el ocaso del turista impávido
y muere mi tierra
con el goteo lacerante del petróleo
pero mi pueblo y mi tierra
viven
por la llama rebelde
que endurece tiernamente
cerámicos sin patrón
para abrir cálidas mañanas
en el caudal helado de la historia

Es que en la tierra del Pehuén
sobrevivir
requiere la presencia de la espina
base fuerte para las flores
violetas temblorosas, se deshojan
cuando las besa el rocío.

Será por todo esto que te llevo en el recuerdo
mi Neuquén del sol brillante
seco aire, helado mayo
solo en tus valles de infinito horizonte
el Limay me demuestra a agua cierta
que no nos arrasará el remolino.



(El verso en cursiva hace alusión a una canción de Eduardo Guajardo, trovador santacruceño. Por mas información:http://blogsdelagente.com/patagoniamusicaypoesia/2010/02/24/eduardo-guajardo-una-mirada-al-sur/
En Facebook: https://www.facebook.com/guajardosur)

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