No me da miedo
(o no me da tanto miedo)
que los lobos griten a la luna
ni que muestren las hienas
sus dientes sedientos.
Me ocupa el aullido
de la vaquita de san antonio
y la mariposa:
los colmillos desenfrenados
del conejo urbano
me dan pánico.
Hermoso Ceci, hermoso!
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