Por
la ventana llega nuevamente
apagado
entre las sábanas
un
estruendo bronco.
Cuando
nos alcanza
la
piel se oxida ante la piedra
el
odio que manaba ya hizo su tarea
y es abismo la grieta
en lo que nos sostenía.
en lo que nos sostenía.
Dentro
de lo inexorable
del
círculo en el que habitamos
a
veces nos es dado
a
veces decidimos
- a pesar de la costumbre
la
comodidad o cierto goce-
regalarnos el acto
de cerrarle la puerta
a la cotidianidad de la tormenta.
de cerrarle la puerta
a la cotidianidad de la tormenta.
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