Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

miércoles, 3 de julio de 2019

Ghosting



Si yo no estoy
cuidas mi casa, mi perro, mis plantas
en verdad
cuidas que nadie
entre a este lugar
que sentís propio
te atravesás en el camino
impedís la entrada
¡hasta sacaste la tierra
de las ventanas!

Regalos tuyos en cada habitación
los restos de tu choque en mi parrilla
tus flores en mi jardín
De repente, te vas
racionas la atención, a lo felino
colonizador modo
de actualizar ausencia.

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