Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

miércoles, 5 de enero de 2011

existe un cuerpo que diluye la memoria


foto: gentileza de Gera


la corbata danza en el horizonte del puerto

preanuncio de cuervos

que picotean unos ojos marinos


pero no comen:

eligen el brillo de las pupilas


en vuelo hacia el nido

liberan el reflejo incandescente

rojo de tan antiguo


una estela en el cielo

¡sí!

"existe un cuerpo que diluye la memoria"


empezás

desde mi cada día

y yo

duermo en vos. 


siempre me heriré contra mis vidrios 

y tus pies marineros se cortarán una y mil veces


será tu sangre la que llame la atención 

de los sepultureros del abrazo

en mi cadaver exquisito

los traumatismos son internos. 

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