Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

viernes, 3 de agosto de 2012

El cielo sobre nuestras cabezas



Una aguja del crepúsculo ciega a los dragones
si volar bajo garantiza el límite en el suelo
también expone tu espalda de presa
al cielo que provee carnes tumefactas.

Desconozco cómo empiezan los vuelos
pero muchas veces terminan
con la omnipotencia de los seres míticos.

2 comentarios:

  1. hace mucho que no venia por acá. fue lindo el volver. ¡gracias!

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  2. hace mucho qe nadie, ni siquiera yo, venía por acá. me gusta qe sea lindo! gracias a usted, amigx, por volver a pasar!!

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