Cada resquicio es su punta de lanza,
entra y me ataca
directo, no importa
si duermo
revuelve el estómago y despierta
una vaharada de náusea.
Camino y me sigue su peso entre las
tripas
está en las cocina, en el mantel, en
la otra cama
y concentra su potencia es una esquina
sin ventilación, más arcadas.
Odio las marcas que persiguen sin
cansancio los cuerpos,
esas señales invisibles arrancan del dulce mundo del ensueño,
son documentos invisibles
que certifican la propiedad privada,
vos ves las caras de tus muertos cuando
las paredes
crujen sus ladrillos, escuchás sus
pasos arrastrarse
desde la cocina, llaman a sus perros
tan muertos como ellos
y se mecen despacio, pelan mandarinas
esta no es mi casa esta es tu guarida
así como es el terreno de toda tu
familia
ocupás tu territorio natural
es una agotadora disputa permanente
con batallas olfativas en el aire
matinal de la sabana.
El camino que el hedor me abre en la
frontera
me arrastra a buscar nuevos
territorios.
uno necesita su identidad intacta, es difícil cuando todo está confundido. Nunca logré ser yo con otra persona, y eso...se llama amor?
ResponderEliminarcreo que existen tanta versiones del amor como parejas... o hasta seres humanos! Tanto o tan poco llamamos amor, pobre palabrita... ¡que mochilota que tiene!
EliminarComo fumador, el poema me trae a la memoria a mi padre. Él terminó declarando: "no me gusta tu olor". Su intolerancia lo llevó a, entre otras cosas, anotar tres piñas en mi pómulo derecho: todo a causa del cigarrillo.
ResponderEliminarSiempre quise tener una habitación propia: para, entre otras cosas, poder fumar allí a gusto.
Saludos desde La Babía.
Mira vos que enfoque... tranquilo, yo nunca le pegaría tres piñas a nadie por que fume cerca... como el acto mas violento, un chorrito de soda en el invierno o una mojadita con manguera en el verano, cuando riego las plantas... que, by the way, a las plantas les viene bien le tabaco por qe espanta a las hormigas...
EliminarSí, lo sé. No por temor a vos, sino por memoria o relaciones que tengo con el cigarrillo, con el pasado. ¡Pobre, vos! ¡Náuseas! Pero bueno: todo se puede modificar, mejorando, cuando hay convivencia de corazones acordes.
EliminarLo que sí, ahora releyendo: está bueno cómo usás el vos. En ese sentido, en los dos versos finales, "hedor" un poco se sale de tono. ¡Beso!
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