Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

miércoles, 12 de marzo de 2014

Jueves 20 en Cba, Argentina: presentación acompañada


2 comentarios:

  1. Creo que no podré estar presente querida Cecilia (ya veré cómo hago para llegar hasta el libro) pero sabelo: te acompaño de corazón y con toda mi energía.
    Un enorme abrazo!!!

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    1. QUERIDISMA MIRIAM!!!
      Recién veo este comentario, ahora qeu pasó el furor y perdura la alegría... Sentí ese corazon latiendo, la energía y el abrazo...
      IRÉ a Villa María. Lo unico que resta es saber cuando.
      ¡otro gran abrazo!

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