Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Cantar para que no nos escuchen


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a mi madre y mi tía pese a / por las diferencias

La casa de mis padres me queda corta de pasillos
pero me sobra gigante del comedor y la panza
los recuerdos brotan desde la sisa ventral de mi madre
donde estas, dónde, ¿dónde estas?
en la comisaría, no
ya no estoy
en la carcel no estoy mas
¡vení a verme! Acá, acá, acá
con media vuelta de historia llegás a un patio
de tobillos verdes, la parrilla quemó la carne:
luego fue acomodado el vestido
los miembros rotos de esa brasita 
y otros labios partidos
con espuma blanca
escupí, hija de puta, escupí
no salía nada
los vidrios no lo soportaron, cuelga de las venas
las muñecas al aire descubren la voluntad incólume en el sitio
decido sobre mi muerte, sobre mi vida.


Una habitación canta una canción de cuna
antigua convoca el sigilo detrás de los ladrillos
vivir sin saber que color tiene la cara del vecino
hoy, los hombres rociados con Monsanto
los muros me quedan entallados, a ellas les quedaban bajos
hoy, la tortura de las mineras a la tierra
silencio de tejas al lado mismo, ahí, acá, junto
hoy, Luciano Arruga el manto del olvido
el cimiento del futuro carece de hilo sin presente
hoy, silencio originario, Mariano Ferreyra,
acusan ahora aquellos que todavía miran
desaparecido lopez y perez y garcía y...
los policías balean la portación de cara
sigo camino a mi casa, sigo, derecho hacia mi espejo
pobre, negro laburante, aborrecido
los desaparecidos del presente también cantan
aparecidos

los dientes del viejo Pedro, desaparecidos ahora
se morían de risa, el viejo Pedro
se moría a veces entre risas
nos contaba a los compañeros
jóvenes, las “cagadas a palos”, las bromas
pesadas, las peñas, de la escuelita
de resistir en esa mierda
nunca jamás contó el horror de la tortura
a veces, hacía un dueto de historias
la Pepa tampoco habló
de la picana, y si contaba::
en Devoto teníamos un coro clandestino
que las guardias no debían escuchar:
ensayábamos en el baño
cantaban para que no las escucharan
todavía
y junto a la alegría de las otras
el silencio organizado en canto,
rompía los barrotes:
resistir desde el silencio
cantando hacia el futuro
¡que no cantamos solas!


Las casas buscan encorsetar las rebeldías
pero aprietan también el botón que estallará su derrota
el redoble de gargantas ha estallado las costuras
BASTA DE MIEDO BASTA
tijeretear azoteas, descoser zócalos
demoler con la voz hasta el proyecto del talle
pero nadie puede sola
salgo, intento:
corro
a buscar el coro
aunque todavía 
no se escuche nuestro canto. 


Este es  un poema viejo que me dieron gans de subir de nuevo  

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