Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

lunes, 25 de agosto de 2014

Victoria Pírrica


Recogemos los abrazos del recuerdo
el pedazo de la dignidad del cuerpo
invencible para la racionalidad kantiana,
un tenedor torcido, algún balde
y otras herramientas melladas,
vestigios de esta victoria pírrica.
Conocemos el valor de los despojos
elegir lo rescatable despues del vendaval
es una tarea necesaria
para reconstruir caminos.

No es lo menos triste
mirar la espalda de los caniches amantes de las superficies refulgentes
escuchar el balido que condena desde la seguridad del rebaño
el roce en el pelo de las alas enloquecidas
con que los murciélagos demuestran 
su miedo a la oscuridad.
Sabiendo que cada animal decide
donde creará su manada.
pasearemos con nuestras cicatrices
y otras penas nuevas tatuadas en el cuerpo.

La sonrisa vuelve a la cara:
Sobreviviremos
Llegará la primavera.

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