Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

sábado, 24 de julio de 2010

Tribunal Diario

Desde arriba
intentás moldear
a quienes morirán
desenjaulados
y que si pudieran desear
antes de morir
como morirr
elegirían otra vez
todo aquello que los hizo
morir sin jaula.

Pero vos movés tu lengua
colocás las etiquetas
sin lamer el barro
que hace humano.

Tus anteojos
para juzgar de cerca
son tan de cerca, tan de cerca
que solo ves la arena
distorsionada por tu propio aliento.

Si las comida con hormonas
produjeran mutaciones
quizás el veneno actuara de rebote
pudriendo tu dedo
señalador de eclipses.


Creo más probable
que alguna vez
bajemos a patadas
esa falsa imagen intachable
y tu tribunal del mundo.

No cierra el ascensor con vos adentro.

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