Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

miércoles, 7 de diciembre de 2011

desierto, oasis

las preguntas simples, repetidas
dentro del desierto corren con el viento hoja
al viento: sol
al viento: agua
la cancion posee una sola dependencia
cuantas cortinas, cuantas comidas, cuantas casas
se darán baños de ternura y amor

la arena punza
cotiadamente restriega sus peqeños filos
y en el dia tras dia tras dia del oasis
apaga el agua
desenfoca la sed

la tormenta no ceja nunca
en la atraccion al espejismo
el salto en largo

si permanecer en el dsifrute nos hastía
¿qe sangre correrá entonces?
¿cómo renacer después de las certezas?
¿había sido superada la etapa de la guerra?

camino sola por el centro de la aldea trashumante
todo me parece igual que siempre.

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