Acabo de levantarme
de mi cama de una sola plaza.
Escribo, disfruto el mate
cómoda con mi remera vieja
y una bombacha negra.
Ebria de laureles
el gris de esta mañana
es puro significante.
En estas primeras batallas
la otra y yo
hemos vencido a mi ella,
a la niña rota.
Después de la dulzura compartida
él, apacible, ronca.
Yo lo escucho, escribo
enamorada remera,
suture las grietas de mi casa.
enamorada remera,
bombacha sonriente,
permito que el amor suture las grietas de mi casa.
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