Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

miércoles, 30 de noviembre de 2011

El Amor Sutura

Acabo de levantarme
de mi cama de una sola plaza.
Escribo, disfruto el mate
cómoda con mi remera vieja
y una bombacha negra.

Ebria de laureles
el gris de esta mañana
es puro significante.
En estas primeras batallas
la otra y yo
hemos vencido a mi ella,
a la niña rota.
Después de la dulzura compartida
él, apacible, ronca.

Yo lo escucho, escribo 
enamorada remera,
bombacha sonriente,
permito que el amor 
suture las grietas de mi casa.

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