El niñito camina
por el enorme parque de su casa
y descubre
atado por la mirada de sus padres
un recodo
del camino;
sale, púber que corre
con los cordones desatados,
disparado
hacia la próxima esquina.
Ya adolescente, pantalón
ancho, deja suelta
la remera bajo el viento
controlado por dos
hileras de álamos
vigilantes,
el Nombre del Padre.
Sobre esa misma baldosa
de planeta que antes
hubo sido su universo entero
gira, por el cuarto recodo
y camina por la senda nubil
roza, el niño de voz grave
y barba grande
limita, choca
explota contra la alambrada
la del Álamo perenne
dueño de ésa mirada
estridente
como jilgueros
desafinados.
La tierra prosigue sus giros
rituales
convoca allá, a la izquierda
cenicero
a la derecha, mate y pava
péndulo
de la sala a la cocina
cigarrillo de madrugada
quieto
acá la yerba
El niñito continúa
caminando por el jardín
de su casa
simbólica
atado
a la mirada atenta
de sus padres.
Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede
- "dueño de ésa mirada": va sin acento: adjetivo, no pronombre, demostrativo.
ResponderEliminar- los jilgueros nunca han desafinado, la verdad.
- etc.
Pregunta: ¿hablás sobre alguien real, o lo estás imaginando más bien?
Saludos desde La Babía.-
Bonito!
ResponderEliminaren mismo plan "tamarit" núbil lleva acento (desconozco porqué)
El asunto es que "estos" jilgueros sí desafinan. Quizás resalta sólo la estridencia, de los tantos componentes que puede tener su canto... no?
saludos desde ... bahía blanca!
Pongo en duda la interpretación: "dueño de ésa mirada / estridente / como jilgueros / desafinados." La poeta interpreta que la estridencia de la mirada de aquel de que se habla (aquél: un niño) es generada por la alambrada dispuesta paternamente. Es juicio sumario, de algún u otro modo, y por ese lado decía yo que lo real del caso estaría teñido (conozco medianamente a la autora) por el imaginario de la misma.
ResponderEliminarAparte: que los jilgueros desafinen, eso sí que es un imposible. Mala comparación. :-p
Tamarit... interpretaciones.
ResponderEliminar1) ¿Quien es dueño de la mirada estridente, el niño o el Álamo?
2) La desafinación de un jilguero (o varios) depende, claro está, del oído del escuchante. Pero una bandada de jilgueros no creo qe sea "afinada", precisamente. En realidad, no creo que ninguna bandada sea afinada. Si no le gusta la comparación, problema suyo. :P
3) Como todo poema, hablo sobre personajes imaginarios.
Co