Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

jueves, 17 de marzo de 2016

Peldaños hendiduras


Miro el mundo desde abajo
me conformo con encontrar
las pequeñas hendiduras
esos peldaños
que el amor ofrece
para salir de nuevo
a soportar el sol de este mundo
lanceado por el horror
embellecido por la gracia.
Mi espalda cicatrizará
cuando me acostumbre a la luz
balbuceante de la deriva
el camino trae la mano del grito
sobreviviré
otra vez
más.

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