Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Stud

Qué maravilla la crianza
de amores en sus distintos boxes.
Cuanto cuidado, a cada uno
su avena, su alfalfa, su agua fresca
elegir un favorito para apostarse
8 a 1, todos los tickets
perderse en el juego
ganar la competencia,
por que ya se conoce
que la yegua es rápida pero no resiste
que el tobiano soporta justo
los empujes del juego criollo,
que el alazán tiene el carácter
para la carrera de largo alcance;
y luego, cuando llega
la hora de que pase el siguiente
como a un galgo avejentado
atar el amor a un árbol lejanísimo
que muera
de la manera más inhumana posible.

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