Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

miércoles, 4 de enero de 2012

¿alcanzará la pólvora del artificio?

¿qien seremos, otra vez ,
en quien te estarás convirtiendo,
bajo este oleaje de calores eternos?
derretidos los hielos
ese agua ajena ¿será el alimento
de tu cántaro mustio?
¿la palabra sostendrá
el ejercicio de gramáticas contrarias
los devaneos, los duelos?
¿un mundo de tierra huera
siempre incierta
cielo con nubes de potencia germinante
techo que entre sus manos
extendidas despliega humo de violín,
intolerancia al otro,
un vacio de palomas?
¿podrás no hacer de él
un imposible laberinto, sucedáneo
de tu vida, otra regulación inconveniente
otro vínculo culturalmente enclítico?
¿cuanta tela llevará despedirte de su sed
del abismo inagotable qe la puebla?

2 comentarios:

  1. Me encanta Cecilia, qué lindo tu sitio! Saludos.

    ResponderEliminar
  2. me alegra que te guste mi casa!! como la de Juan Riera, tiene la puerta abierta... pasá cuando qieras!! felicidades para este 2012.

    ResponderEliminar