Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

sábado, 16 de junio de 2012

Padre

De la luz boreal nace la caricia de tu mano
su calor me acompaña hasta el crepúsculo
en el cansancio de la noche recuerdo tu mirada
no pienso en palabras

son varios silencios superpuestos
como un palimpsesto acorazado,
y entrañable.

2 comentarios:

  1. "un silencio"... -- Como encontrando autenticidad en la voz de los poemas --otra autenticidad, quizás, otro momento en la vida--. Cosas profundas y lentas sobre las que te ponés a hablar.

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  2. un silencio, varios silencios... quien habla, el poema, yo, la palabra ausente, la mirada? cuantas voces tendremos a lo largo de nuestra peqeña historia como humanos, intrascendentes contra la "Istoria Umana"?

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