Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

viernes, 22 de marzo de 2013

Telarañas


 
Esa arañita
enraizada en el lugar donde anida 

todavía un niño floreciente,
inocula su costumbre de la demolición;

así convierte a quien infecta
en una vasija de escombros
y palabras sin sabor
pero coloca al alcance de la mano 

ajena, el ajo y la sal
para que los demás
saboricen a su gusto
la carne del discurso
y cocinen mi experiencia
como prefieran.

Los libros sin argumento
saturan las bibliotecas
Estéril es el fruto que brota
de la tierra fértil donde
la comodidad
se expande 
lubricando las cadenas
de que otro decida por mi.


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