Una lapicera fuente escribe.
Demora en ciertos recovecos para dar sentido al trazo.
Moja algunos pliegues, pero no tropieza,
no detiene el movimiento.
Aunque coloque puntos, comas.
Aunque dé vuelta la hoja. No se estanca.
Se diría que maneja en una cordillera.
Lenta y segura zigzaguea, sube,
inventa rectas. Adelanta.
Pasa y pasa; y pasa. Va cerca de los lugares
aquellos donde el papel tiembla montañas.
Y la lapicera baja.
Cada vez más rápido
dibuja círculos, espirales
diagonales insoslayables como aullidos.
De repente se detiene.
La tinta endulza al papel.
Que magnífica obra de arte
sentir la letra profunda en la unión del abismo
de papel y lapicera.
foto: Pablo Sebastián Nievas, Deán Funes. Performance en Ciudad de las Artes. Mas datos aquí
"Sentir la letra profunda en la unión del abismo de papel y lapicera" Me gustó mucho este poema, la travesía de la palabra.
ResponderEliminarla palabra, juego, pantano y camino.
ResponderEliminary materia.
gracais por pasar!
q salga todo genial!