Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

miércoles, 22 de junio de 2011

el delirio místico de usar un sustantivo como verbo para ¡encima! construir una perífrasis verbal

)modo de título robado de modo escandalosamente impune 
a un modo literario poeta muy bonito(

¿iglesia, tener un orgasmo?

¿yo iglesio tener un orgasmo sobre el asfalto vendedor de autos?

Tener un orgasmo ocupa el cielo y la tierra de estos complejos edilicios
y sin creer en la existencia trascendental de sus pasos
recorre la avenida principal de vendedor de autos.

desde la campana financiera de largada
espacio para contar las ganancias de la fe
recorría la palpitante autopista
vía de salida de la ciudad comercial.
fué diluyendose camino al riñón neurálgico
como si se hubiera asfixiado en el torbellino del deseo
y ha llegado sin vida a la otra extremidad de la ciudad
donde un museo rojo expone los afectos .

Tener un orgasmo, muchas veces, iglesia.
A veces, chirría como stravisnky. Pierde aceite.

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