Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

domingo, 25 de septiembre de 2011

Patrón de Espera


En los aeropuertos con mucho tráfico
los aviones rondan en el aire
hasta que los controladores
otorgan permiso para aterrizar.

La inversión forma parte de un acuerdo
que podría ser llamado cultural
si no fuera un negocio
en este caso de los aviones 
millonario.

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