Las mismas pegajosas gotas blancas
derramadas sobre el piso
de tantas ermitas distintas
alrededor de la catedral
alrededor de la catedral
indican la procesión enfermiza de una vela
ahora cabo lloroso de grasa apagada.
Ese homenaje involuntario
confima lo certero de la luz eléctrica
para adorar altares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario