Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

sábado, 5 de marzo de 2011

arena yoellalaotra

la impuntualidad de la palabra cierra el circuito cuando se apoya contra una pared


cae arena

2 comentarios:

  1. me trajo la imagen del ensayo en el garage de casa de cipo...laaaargo ensayo...hermoso también...

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  2. ¡qerida!
    cae arena, pero en los garages!!!
    besoton, hermoso y largo ensayo... habrá otros, con tu obra... jejeej espero q mi papel no sea complicado...

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