Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

sábado, 19 de marzo de 2011

olviriscenscias, memorodanzas...

memoria de lucha
recuerdo del presente

para que no te olvides de mi
caiman muerde hojalata

hojalata mordida se hace mariposa

las alas son tan frágiles
y sin embargo tan hermosas

los pilares se asustan de ver
esa forma de vuelo


identidad del nombre
memoria y recuerdo

olvido

tambores de hojalata
y un niño

un grito
su aullido

millones de casas
mutaciones bárbaras
una libido, hoy
el deseo, hoy
aquel horror injusto de ayer
que cambiaremos mañana

¿comprar lo probado?
miente el exceso

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