Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

domingo, 10 de abril de 2011

justicia interna

¿hacerse justicia, ajusticiarla?
¿autoamnistiarmse, quedar impune?
¿penarse, perdonarme?
¿resarcirse, compensarme?
¿reconciliarme con ella o con la otra?

¿con que balanza pesar el múltiple daño propio,
cómo acordar un juicio para el dolor ajeno?

¿admitir mi humanidad en los fragmentos,
la incoherencia múltiple como devenir de esta sujeta
respetar las etapas, los procesos?
¿responsabilizar una parte, no al todo?

¿en que célula inscribí cuales leyes?

el codo de mi cuerpo juzga
de mi cuerpo la rodilla pena
pide clemencia del cuerpo mi hombro
¿cuándo mi tobillo otorgará compasión del cuerpo?

maldito tribunal ignorante del arcoiris
para teñir la medida justa de justicia

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