Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

miércoles, 6 de abril de 2011

Primera seleccion de partes del libro "Lomas del Mirador" del poeta argentino Luis O. Tedesco.

Corazón (fragmento)
El síncope, compadre, no viene por que sí, es taimado y cruel, es un hacha de buen filo, es una trompada definitiva, pero no viene por que si, necesita de usté; la cosa viene de lejos, de aquella timidez, no es lo mismo tenerlo todo, o tener todo lo necesario, que carecer de todo, o tener apenas lo indispensable para ir tirando; es la vergüenza, compadre, lo que carcome, el apocamiento, la sensación de ser menos, de ser una sobra en la multitú que sobra, de estar por debajo de la media normal, y lejos, muy lejos, del bocado fino reservado a los dueños del idioma; uno, usté lo sabe, viene de una casa de pocas palabras, uno dice de otro modo, más bajito, entrecortado, como si el tensor del habla tropezara con la probidá del sentido, uno se confunde, se pone colorado y suda, se le humedece la frente y un chorrito de agua le corre desde el sobaco hasta el cinturón; entonces uno recuerda, quedate quieto...

Belleza

Se detiene, gentil, y tasa el poder de la manada. Se cierne cruel sobre la presa. Es cálido y sensual el temblor que la presagia. Nada temas -dice- si en tu cuerpo viaja mi deseo, si mi hechizo es niebla de tu mente. Es esa oscuridad, esa furiosa embocadura, es la temida sibilancia del acecho, es Ella que te alcanza, vibrante su espinazo de perfección romana. Cedo lo que soy a la fuerza que me atrae –dice- soy lo que quieras mirar en mi, soy el anca de tu vuelo y reclamo tus trofeos de jinete. Emboscada en su manto de majestad nepente-griega, feudal, capitalista, occidental su embroque dignatario-, viene la Belleza con su blok de citas pasionales:gestiónese la hora, el día, el pago anticipado, el doble profiláctico y las tetas de plástico quirúrgico. Carne seré en la carne que mas paga.Ella tiene patrón, el invisible jerarca que la empala, y la imagen que te alquilan es la sobra de sus noches.

Caída

Lo que pasa conmigo es simple: me dejo estar. Lo mío, desde su origen, fue caer y más caer, vida tomada por la celeridad del fin. Aun concediendo al descenso la ilusión del fervor iconoclasta, todo esto que se dice mi ser se desplaza en las morisquetas del embudo. Mi única actividad consiste en acompañar la caída, interpretarla, caer y más caer como la presa desmayada cae. 

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