Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

jueves, 5 de mayo de 2011

Alfombra de la infancia

Ahora que estamos solos,
infancia mía,
hablemos,

olvidando un momento
los extraños retratos
que nos hicieron.

Hablemos de lo que tú y yo,
por no tener ya nada,
sabemos.

Los extraños retratos (fragmento), de Fina García Marruz

 
debajo de lo mullido respira el polvo de la mirada
los juguetes rotos no suenan su nariz en ningún pañuelo
pocos líquidos remueven esas manchas

cuando estornude la alfombra
por que el frío existencial
envolvió al te con leche y tostadas

dejá la aspiradora en la puerta para mirarme
no me enrolles
dame
aunque sea con los guantes puestos
un seco beso
un abrazo.

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