la mañana conjuga su sonido con tiempos profundos
todo resulta tan claro
me contengo para no cerrar las ventanas.
me contengo para no cerrar las ventanas.
Un marco compone tristezas
al saber a ciencia cierta que mi cama es ajena
La luna de un espejo
vomita la imagen que fue trazada inutilmente
El té de las magníficas mujeres para las que no deseo taza
abrió una ventana al poniente
un Aleph se ha creado en aquel rincón de su escritorio que extraña mi número
el gusano del egoísmo antiguo me corroe
logra por un momento recortarme
es todo como siempre tan oscuro que de nuevo aclara
destrozo la persiana, corro la cortina, rompo los vidrios
regreso al locuaz silencio amarillo
soy sola.
Ahora lo recuerdo
jamás lo olviden.
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