Los días verdes destrozan el cielo de mi nombre
la alegre primavera resquebraja el cauce rojo
los cardos rusos, las violetas secas
apoyan la cabeza sobre las lajas de un cadáver.
la alegre primavera resquebraja el cauce rojo
los cardos rusos, las violetas secas
apoyan la cabeza sobre las lajas de un cadáver.
Pero no hay lápida mordida por el moho
ni el mármol como un cisne esponja su plumaje
fuera de la frontera me he recostado inadvertida.
ni el mármol como un cisne esponja su plumaje
fuera de la frontera me he recostado inadvertida.
Y esquivo los escombros niños
que intentan abrazar mis piernas
cuando camino en busca de aquel puerto conocido.
que intentan abrazar mis piernas
cuando camino en busca de aquel puerto conocido.
Pero si ya han sido desatadas las amarras
¿que etiqueta romperá su vidrio
contra aquello que se arrastra en el vacío?
¿que etiqueta romperá su vidrio
contra aquello que se arrastra en el vacío?
Qué buen ritmo que le imprimís a esto Ceci, lo parió... lleva, lleva y de que manera; no solo desde dicho ritmo, sino las estructuras... bien acomodadito todo: palabras, imágenes.
ResponderEliminarAbrazo che!
¡gracias, max!
ResponderEliminarsoy una anciana prolija y acomodada... en la escritura!
¡otro abrazo!