Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

sábado, 22 de mayo de 2010

Por tanto monologar... , de Juana Bignozzi

Por tanto monologar
por tanta charla de borracho al amanacer
no oí alguna voz que debió ser definitiva
no escuché alguna pregunta que debió cambiar todo
aplastadas por mi constante charla brillante
desaparecieron las únicas proposiciones serias que debí
                           considerar
y repartí los sí y los no
en escenografías que intentaron servir
las voces que no oí viven ahora en países absurdos vegetan en juzgados de provincia
enseñan historias imperiales en sábanas tercermundistas
han vivido
vidas algunas y muertes en serio otras
y todos hemos olvidado unas palabras que ahora son
caminos invadidos por buenas fórmulas y mejor cortesía.

Bignozzi, Juana: "La ley tu ley".

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