Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

miércoles, 27 de abril de 2011

Cierro la luz

durante la cancion de cuna
recorre la basura y recoje su pellejo
un sol bestial enciende la reunión.

es, todavía, patrimonio del amor tijera
poda el retoño hasta las tetas de la madre
destruye, todavía, mas de lo que crea
pero ha visto el gesto de la mano que sostiene al otro en su deseo
va en camino a encontrar aquello que rebase los escombros
vendrá a ella como un espejismo de ultratumba
la que cierra la luz merece ese delirio

esta vez no será silencio.

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