Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

miércoles, 1 de junio de 2011

aprension

¿por qué le tenés tanto miedo, aprensión, a las mariposas?

1 comentario:

  1. será que hay gente que tiene miedo de sentir? eso significaría que se está vivo, supongo!

    un gusto conocer tu blog; un abrazo

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