Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

lunes, 8 de noviembre de 2010

Destino Turbulencia

Partirllegar al centro del deseo
la mochila transporta el fin del camino
el daño habita en nosotros su aullido

viaje redentor de pasajero
si y solo si
la sensibilidad ambiente revienta
los termómetros del cuerpo. 

1 comentario:

  1. Me hiciste pensar en mis viajes solitarios... cargados de deseos. La palabra "mochila" condensa para mi un millon de significados que me impulsan.

    No se como me contactaste, pero que bueno que lo hiciste!!

    ResponderEliminar