Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

martes, 2 de noviembre de 2010

Reglas, las



si del barco bajaron los primeros
entre los cables y el asfalto hoy saltan otros
aunque nacidos propios, ajenos

el apagon del fruto no enarboló un sueño
llegaba desde la misma muerte
quiso cruzar el parto con su espada

pero de la multisensorial piel en quebranto
surgió un tímido primero
nace ahora un puño sobre la silla economía
encaje del río nuevo que hace flotar la maravilla

detras de la amurada teniente general
desengruta el grito aferrado a la escalera

un cuaderno aletea poder en su camino
y alienta el fuego que frie a la fuente vieja
sin importar algun byte batido en retirada

aúlla la manada de los verdirojosos
útero que sigue latiendo sobre los toros quemados

cauce propio de oscuridades y victorias
pies en tierra y ojo en nube
a los dueños de la cruz
a los jefes de los barmans
y a los barmans mismos

el útero estudiante 
les está haciendo experimentar la roja.

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