Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

lunes, 21 de febrero de 2011

murcielaga, violeta, espejo

Dios Murcielago, museo de antropología, DF Mexico.
Foto de Victor Cacciagiú.
esa carne no será ya mas mia/que como un twister arrojar la piedra violeta y luego/ La experiencia multiplica las aristas/que busca la pregunta que busca la respuesta/ lo que busco yo fue lo que quisiste/Que voy a hacer con vos/ay, que voy a hacer con vos, decías/  Cuando maté el espanto de tu pasado/ Con mi errante camino de murcielaga sorda/ corto los pies de las potencias/doy la cabeza contra la piedra/es justo, justo, justo/ Lo que me sucede, espejo /No puedo nombrarlo /Y no puedo tampoco asegurarlo/se que mi mirada, a veces/es el tono mas amargo/que tiene un violeta de tan espejo/ Y murcielaga y violeta espejo/ dos meses y un cencerro/ Y la ligazon del encuentro/Y el destierro buscado/ Y en los oxidados ejes / Rotaron las pancartas /Calmaespejo/ Calmavioletamurcielaga / Hemos encontrado el lugar para nuestras sillas vacias/ Donde vos las ubiques/yo moveré hasta los cimientos /hacia otro lado/ y cuando yo enraice mis paredes/ vos correras las sillas/ entre las zapatillas de emergencia siempre listas/apenas una ventana que no se rompe/ ni se abre/por que el improbable accidente/el renacer de camiones enamorados/ no será permitido/Y asi/ desmonto la llave/Y así/ He probado/ que el silencio/ es mas potente /que el eventual amor/ aún, que el pertinaz deseo.

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