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Dios Murcielago, museo de antropología, DF Mexico.
Foto de Victor Cacciagiú. |
esa carne no será ya mas mia/que como un twister arrojar la piedra violeta y luego/ La experiencia multiplica las aristas/que busca la pregunta que busca la respuesta/ lo que busco yo fue lo que quisiste/Que voy a hacer con vos/ay, que voy a hacer con vos, decías/ Cuando maté el espanto de tu pasado/ Con mi errante camino de murcielaga sorda/ corto los pies de las potencias/doy la cabeza contra la piedra/es justo, justo, justo/ Lo que me sucede, espejo /No puedo nombrarlo /Y no puedo tampoco asegurarlo/se que mi mirada, a veces/es el tono mas amargo/que tiene un violeta de tan espejo/ Y murcielaga y violeta espejo/ dos meses y un cencerro/ Y la ligazon del encuentro/Y el destierro buscado/ Y en los oxidados ejes / Rotaron las pancartas /Calmaespejo/ Calmavioletamurcielaga / Hemos encontrado el lugar para nuestras sillas vacias/ Donde vos las ubiques/yo moveré hasta los cimientos /hacia otro lado/ y cuando yo enraice mis paredes/ vos correras las sillas/ entre las zapatillas de emergencia siempre listas/apenas una ventana que no se rompe/ ni se abre/por que el improbable accidente/el renacer de camiones enamorados/ no será permitido/Y asi/ desmonto la llave/Y así/ He probado/ que el silencio/ es mas potente /que el eventual amor/ aún, que el pertinaz deseo.
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