Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

domingo, 31 de julio de 2011

Quemarle el velo al fantasma

Vena por vena desenjaulé el temblor
la vibración atropelló al fin el nombre
incapaz de remover aquella memoria
atornillada a la identidad establecida.

Los barrotes cedieron su materia
nacieron motores en la punta de las manos
durante este universo crea un planeta
habitado por fuegos maduros al oceáno
un rectángulo atento a la urgencia del impacto
la órbita delineada según la peonza del deseo
traslada su eje al son del placer cósmico.
La vibración hará zigzag vientre afuera del planeta
aunque atraviese todas las constelaciones nacionales
no cabrá dentro del desorden del discurso
por que la única huida imperdonable vendrá dada
cuando retorne el temblor al colmillo de la ausencia.

4 comentarios:

  1. Me gustan mucho tus finales, "el desorden del discurso" (no el tuyo, el que atraviesa el poema) y vos poeta mayusquera (con mayúscula) acabo de inventar la palabra, ja ja.
    Beso Ceci.

    Lily Chavez

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  2. soy un hitazo, Lily, usted misma lo dijo... pero qizas debería abandonar la escritura, no? ja. ni loca. ¡qe viva el desorden!

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  3. Ni aunque quieras abandonar la escritura, es "huida imperdonable". te tiene fichada desde "aquella memoria atornillada a la identidad establecida"... POETA. Un abrazononón

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  4. lauri, tenes razón, sería LA huida imperdonable, en realidad, imposible de cumplir... otro abrazonononón!!
    ceci o.

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