Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

sábado, 25 de diciembre de 2010

Viaje


foto: gentileza de Gera.


por el cuello hasta el hombro 
el ojo del polvo llega al tren  
¿latió en el pecho la imaginación? 
el estómago vaga y viene 
el hígado grita ¡riel! ¡casa!
perro que calla en el bajo vientre
consciente de las caídas ajenas
 la intemperie en la punta del glande
abandona la circunstancia de la ingle
reino de la tormenta del encuentro
dentro de las rodillas nada 
una dulce mirada a las casas que no abrigan
y al secar sus ausencias 
entre el pelo de las pantorrillas
en los pies afirma sus plantas 
la sensación de la mejor memoria
aquella abandonada
por un viaje que se va

por un viaje que vuelve. 


foto: gentileza de Gera.

2 comentarios:

  1. Excelente, Ceci! estuve chusmeando varios post y me encantan. Siga dandole átomos a esto que está bueno.

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  2. gracias, qerido amici!! un abrazote para vos!

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