Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

domingo, 12 de diciembre de 2010

veintitantos pliegues

Una arruga del agua que no ha envejecido
la mirada inocente del borrón cordillera
abre el ojo vacío de aquella pestaña


perro callejero lame a anciana tirada en el suelo
un partido, partido al medio por botellazo al árbitro,
puerta, ventana, visillo y el edificio entero 


el ojo acartonado emite lagrima diablo del café
bajo las plumas en que aire agota cuerpo 
soñar la harina, el agua, la masa,


el abismo de la mugre propio de toda cocina


estupor de una cancion desesperada,
no estar desplegada-en-yo,
mas la corbata que niega cartera y zapato


bajo el plexo solar del concepto 
el párpado de tu brazo rodea mi cintura 
y un instante activo de silencio 


recubre la vértebra de la partida mutua


que extenuante presencia de disco rayado 
¿renovará alguna vez  la señal de ajuste?
¿desajustara en ése día el pedal del freno?


los rinocerontes ¿viajaran su espasmo certero?


En ninguno de estos pliegues señalados
encuentro un volante
delante de todos descubro
                                          las ganas                                         
                                                                    de seguir                       
                                                                                               las ganas.

3 comentarios:

  1. Buenísimo! Es la primera vez que entro a tu blog, muy bello, de verdad. Más textos por favor!!

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  2. gracias, me alegra q te guste! pero hay unos cuantos textos, che! si escribo a ritmo industrial ¿q tipo de texto saldrá? ;p

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  3. Lo que pasa es que hay lectores a ritmo industrial también, jajaj son otros tiempos!

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