Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

lunes, 25 de octubre de 2010

inseguridad

quiero vivir tranquilo
para mi y los que quiero busco un bienestar,
cierro mi cerrojo de ojos individual
que cada uno se las arregle como pueda

pero cuando toque robo
por que cada uno se las arregla como puede
contra el hambre, la miseria y la exclusión
incoherente el bovino del sistema mugirá
¡mmmmano dura!
¡pena de muerte! ¡cuánta inseguridad!

aunque intentes borrar su cuerpo prójimo
indiferente vaquita del sistema:
no te asalta un tipo
te asalta una situación.

2 comentarios:

  1. me encanta el remate Ceci. Creo que escribí otro par de estrofas con mis ojos fijos en esos dos últimos versos, y lo que pasó por mi en esos segundos largos

    ResponderEliminar
  2. si, se le re puede incorporar varias imágenes mas, para dar mas argumentos y contextualizar... pero preferí cerrar así para conservar lo q sentí como mucha potencia del remate...
    ¡me alegra q te hayan gustado!

    ResponderEliminar